El acero galvanizado es un material elaborado a partir de una aleación de hierro y carbono, que recibe un tratamiento final mediante capas de zinc. Este procedimiento asegura una protección extra contra la corrosión, además de ofrecer mayor resistencia a rayaduras y un acabado duradero. Según datos recientes de la Asociación Española del Galvanizado, su utilización ha aumentado significativamente en los últimos años gracias a estos beneficios.
Un material con más de dos siglos de historia
Desde la antigüedad, materiales como el hierro, el cobre y el bronce han sido utilizados ampliamente, aunque presentaban un gran inconveniente: la corrosión. Fue en 1742 cuando el químico francés Malouin descubrió que al sumergir acero en zinc, este adquiría una capa protectora. Más tarde, en 1836, Stanislaus Sorel desarrolló un método más económico para aplicar este proceso de manera industrial.
Con más de 200 años de evolución, el galvanizado es hoy en día un proceso altamente perfeccionado y esencial para la industria.
Tipos de galvanización
Existen diversos métodos para fabricar acero galvanizado, adaptados a distintas necesidades. Entre los principales tipos se encuentran:
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Galvanizado en caliente
En este procedimiento, el acero se sumerge en zinc a temperaturas de entre 435 y 450 grados. Durante el proceso, se generan varias capas de aleación para alcanzar un espesor óptimo. Este método proporciona la mayor resistencia y es ideal para productos expuestos al exterior.
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Galvanizado en frío
Este método utiliza pinturas ricas en zinc para recubrir el acero. Aunque es útil para reparaciones o productos específicos, la capa protectora es menos gruesa y menos resistente frente a golpes.
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Galvanizado zincado
En este caso, el acero se recubre con zinc mediante un flujo constante de corriente eléctrica. Aunque genera una capa menos gruesa, ofrece un acabado estético más atractivo.
Principales aplicaciones del acero galvanizado
Gracias a su durabilidad, resistencia a la corrosión y versatilidad, el acero galvanizado es un material clave en diversos sectores:
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Carpintería metálica
Se utiliza en la fabricación de puertas y ventanas, donde se busca un equilibrio entre estética y durabilidad.
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Construcción
Es común en estructuras de edificios, puentes y otras infraestructuras, proporcionando una larga vida útil y reduciendo el mantenimiento.
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Tuberías y canalizaciones
Se emplea en sistemas de agua y gas, garantizando un rendimiento confiable a largo plazo.
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Automoción
Las piezas estructurales de automóviles incorporan acero galvanizado para mejorar la seguridad y la resistencia a la corrosión.
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Electrodomésticos
Es usado en productos como lavadoras y refrigeradores, asegurando durabilidad y un acabado estético.
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Cerramientos y barandillas
Ofrece una solución resistente y estética para exteriores, como cercas y barandillas.
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Industria agrícola
Se encuentra en estructuras para almacenamiento y maquinaria agrícola, protegiendo contra condiciones climáticas adversas.
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Revestimientos arquitectónicos
Es ideal para fachadas y columnas, combinando funcionalidad y diseño.
Productos fabricados con acero galvanizado
Entre los elementos más comunes fabricados con acero galvanizado se incluyen:
- Estructuras de acero
- Rejas, láminas, cables y alambres
- Tuberías y tornillería
- Placas, piezas fundidas y barandas
Estos productos se emplean en sectores como la construcción de puentes y carreteras, plantas de tratamiento de agua y sistemas de señalización, entre otros.